Central Norte inició la reconstrucción de su casa en avenidas Las Heras y Castelli. Se completarán las tribunas que faltan para llegar a una capacidad de 14 mil personas. El nombre del estadio tiene que ver con el histórico ferrocarril.
Central Norte comenzó la reconstrucción de su estadio. Foto: Facebook Omar Norniella.
El club Central Norte Argentino, comenzó la reconstrucción de su nuevo Estadio “Ferroviario” que se denominará “El Gran Capitán”, en alusión, precisamente al histórico ferrocarril.
El mismo tendrá una capacidad de 14 mil personas, ya que se completarán las tres tribunas que faltan, en la cancha que está ubicada en avenidas Las Heras y Castelli.
El propio presidente de la institución Omar Norniella, hizo el anuncio por medio de la red social Facebook, al anunciar: “Central Norte Argentino. Comenzó el nuevo estadio ferroviario “el Gran capitán”. Capacidad, 14000 personas. Una bendición de Dios, un gran esfuerzo de dirigentes y socios, al servicio del pueblo de Chaco, visítelo”.
El Gran Capitán: entre historias, recuerdos y anhelos
El Gran Capitán fue como se conoció popularmente al ferrocarril de la línea Urquiza que conectó toda la Mesopotamia. Partía de Buenos Aires hacía Posadas, en la provincia de Misiones. Para llegar, debía cruzar las provincias de Entre Ríos y Corrientes, uniendo en el camino más de 50 localidades.
Esta línea de tren tiene una larga historia. En los papeles fue constituida en 1949 y fue dada de baja con honores en 2011. El emblemático ferrocarril tuvo sus etapas. En las primeras décadas hacía un cruce épico en barco desde Zárate hasta Ibicuy, y viceversa. Pero solo duró hasta la década del 70, cuando el ferry fue reemplazado por el Puente Ferrovial Zárate-Brazo Largo.
Con el pasar del tiempo, El Gran Capitán se fue haciendo más lento. El poco mantenimiento de las vías, sumado a gobiernos corruptos, llevaron al gran tren argentino a contraer fatiga. Cada vez tardaba más en arrancar y en llegar a la siguiente estación.
Hacía mucho ruido o demasiado poco, siempre era mala señal. “El tren no sale hoy”, decían; “¿cuándo vamos a llegar mamá?”, preguntaban los niños cansados de tanto viaje.
Sin embargo, el recuerdo de la gente sigue intacto. Cada pasajero que tuvo la suerte de abordarlo tiene una historia para contar. Y, sin dudarlo, añoran esos tiempos más lentos de ferrocarril. La esperanza siempre sigue viva. ¡Algún día el Gran Capitán tiene que volver! La más mínima señal alcanza para despertar los corazones de los litoraleños.